viernes, 22 de abril de 2011

Tu sombra


Tu prado fresco y blando,
en que cerrando los párpados
caigo y me hundo sin fondo.

Abrazos y ojos húmedos,
las manos y sus caricias,
encargos que guardo.

En la primera luz del alba
derivo en tus aguas
hasta contemplarte en el sol
que entibia tu sueño.

Siendo nada soy todo en tus ojos
en ellos busco encontrarme, se abren
haciendo cenizas del día.

Respiro entre tus cabellos
el perfume de lirios silvestres;
quedo herido esperando la muerte.

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