jueves, 5 de marzo de 2015

ASUNCION


versos a lo divino

ved la hélice del tiempo
con sus aspas de guadaña
avanzando por el viento
en la luz de la mañana
mirad como se abre el cielo
para asomar al Uno y Tres
de nuestros ojos cae un velo
y vemos por primera vez

la Madre que encendió el fuego
viene a llevarnos con ella
la traen ángeles, vuelan
aletean sin esfuerzo
es su escabel la luna
brilla su nimbo de estrellas
está como primavera
todas las flores perfuman

el trino de los pájaros
lo anunciaba desde antes
las trompetas fulgurantes
y las luces del relámpago
desde el cielo hacia la tierra
desde ahora hasta el ocaso
desde lejos y de cerca
sones llenan el espacio

se escucha potente el rumor
como lluvias torrenciales
suenan los himnos, es temblor
enajenan los timbales
sobre el coro de las voces
se oyen tiernas las sopranos
son como ciervos veloces
los panderos en sus manos 

voz del bosque son los bajos
por el aire también suben
con címbalos y a rebato
las contraltos a las nubes
no me escucho en las alturas
todo ha sido convocado
vertiginosas de blanco
veo subir unas figuras

dadle ese color a mi manto
que quiero ascender con todos
y dejadme unir mi canto
a los tenores del coro
sube poderoso espiral
ven, arrástrame contigo
adiós al lento camino
voy en tus alas a volar

ya todo se ha completado
los raudos ángeles pasan
majestuoso uno de plata
hace un último llamado
que con su trompeta toca
se vienen los cuatro vientos
fuerte el Espíritu sopla
aquí se termina el tiempo

TONGOY


No soy de aquí
pero son mías estas playas
esta luz en las olas
deslumbrante
este suave viento que viene en azul profundo
desde el infinito
o apenas de más allá de los ojos
hecho real por fáciles pájaros

Camino en la arena
al borde del agua
que quiere sorprenderme o huye por la playa
¿podré elevarme rozando la espuma
y acariciar la cadera dulce de los cerros?
¿podré sumergirme y dejarme llevar enajenado
en el balanceo que agita
esa cabellera de algas marinas?

Aromas oceánicos
leve sabor de sal
caricia de la creación
vuelo con los ángeles en el Paraíso



CARTA DE MI MADRE


¿Qué te detiene en esos rostros
que contemplas tan largamente?
¿Los miras
o te miras?

Esos rasgos infantiles frágiles
abren paso a tu interior
eres tú las niñas
miras con sus ojos
mientras aparecen y vagan
mansamente, recuerdos

Estás en la National Gallery
frente a ese cuadro
en que Gainsborough
retrató a sus pequeñas hijas
Te gustaba ese tipo de pintura
Reynolds
no recuerdo qué otros
que cultivaban esas imágenes intimistas
cumples al fin ese antiguo deseo
contemplarlas frente a frente.

Afuera la llovizna
sientes frío

Estás tan sola
no poder comentar con alguien
¿es sólo cansancio
o un estéril recuerdo de casa?
En la distancia valen los afectos
quisieras afirmarlo con toda tu fuerza
los afectos que uno da
como un grito que se lleva el viento
a qué remota playa
inundada por marejadas
que ensordecen tus voces

¿Por qué gritar?
perseguir con amor
inútilmente
¿era amor?
quizás no fue otra cosa
que el buscar clamar juntos
olvidando así
que estamos gritando.

la tarde desamparada

¿Qué sentido tiene todo?
¿Es solamente soledad?
Esa lejana pertenencia, la patria
concepto abstracto
dolorosamente nostálgico
¿Será ella tus hijos o nietos?
darles tanto
estar como ajenos
¿era acaso posible dar?
¿qué se da
cuando somos carencia?
¿se puede acaso dar
sin irse?

el día afuera se despide

Así la vida,
esas pequeñas y cansadoras rutinas
haciendo ceniza del tiempo
soplándola hacia la nada
sintiendo en el frío
unas ganas de dormitar
y despertar al sol

Descansar
quizás morir
y frente a ese sueño obligado de la muerte
estar a su altura
con algo más que un gesto digno
de disimulo de temores
con algo más que el ocultar
el terror abisal de la bestia
algo más que una triste rendición
acumulado el cansancio
de ilusiones y esperanzas muertas

oscurece
se acaba el día

Así también te irás
nada habrá cambiado
así hasta el final
recoger tus cosas
principalmente el ánimo
a comenzar de nuevo
caminar valientemente.

La calle gris
está para perderse

En estos trances
se piensa en la vida y en la muerte
Esa memoria dolida, cierta
y la esperanza de un encuentro
más allá de la niebla.

Afuera la llovizna
sientes frío
oscurece
seguir persiguiendo  con amor
inútilmente
te irás
nada habrá cambiado
así hasta el final

la tarde desamparada
el día se despide
la calle gris
está para perderse
sólo la esperanza de ese encuentro

más allá de la niebla.
PUERTO VARAS

           
El tiempo agobia los techos
va a soplar el Norte
y la lluvia
no dejará ni rastros sobre esta tierra    
No brilla el sol que recuerdo
no trae el Sur
el aroma de los archipiélagos

En vano espero
que desde la vuelta de la esquina
te anuncien tus pasos, abuelo.
No vienes
con tu alado sombrero
una sombra la gran manta de Castilla
brillantes perneras de cuero
No escucho las espuelas
marcando transparentes
el paso atravesado
de tu caballo negro

Sólo bate una rienda trenzada
blancos pellones de sueño

¿Qué saben de ti abuela
del camino a tus misas del alba
de tus amantes oraciones
de las campanadas en la torre de madera
de la escarcha en la calle
del rocío y el musgo en las tejuelas?

En tu delantal hay una cosecha de arvejas
y el cielo alto de nubes de la huerta
en tu cocina enlozada está ya caliente la plancha
la lejía hizo relucir la mesa
           
Se fue la harina entre tus dedos
el aroma de tu pan se desvanece

Hace frío, dormito otra vez
escuchando  suaves lluvias en el techo
mientras las maderas quejosas
mecen la casa vacía en el viento