jueves, 5 de marzo de 2015
TONGOY
No
soy de aquí
pero
son mías estas playas
esta
luz en las olas
deslumbrante
este
suave viento que viene en azul profundo
desde
el infinito
o
apenas de más allá de los ojos
hecho
real por fáciles pájaros
Camino
en la arena
al
borde del agua
que
quiere sorprenderme o huye por la playa
¿podré
elevarme rozando la espuma
y
acariciar la cadera dulce de los cerros?
¿podré
sumergirme y dejarme llevar enajenado
en
el balanceo que agita
esa
cabellera de algas marinas?
Aromas
oceánicos
leve
sabor de sal
caricia
de la creación
vuelo
con los ángeles en el Paraíso
CARTA DE MI MADRE
¿Qué te detiene en esos rostros
que contemplas tan largamente?
¿Los miras
o te miras?
Esos rasgos infantiles frágiles
abren paso a tu interior
eres tú las niñas
miras con sus ojos
mientras aparecen y vagan
mansamente, recuerdos
Estás en la National Gallery
frente a ese cuadro
en que Gainsborough
retrató a sus pequeñas hijas
Te gustaba ese tipo de pintura
Reynolds
no recuerdo qué otros
que cultivaban esas imágenes intimistas
cumples al fin ese antiguo deseo
contemplarlas frente a frente.
Afuera la llovizna
sientes frío
Estás tan sola
no poder comentar con alguien
¿es sólo cansancio
o un estéril recuerdo de casa?
En la distancia valen los afectos
quisieras afirmarlo con toda tu fuerza
los afectos que uno da
como un grito que se lleva el viento
a qué remota playa
inundada por marejadas
que ensordecen tus voces
¿Por qué gritar?
perseguir con amor
inútilmente
¿era amor?
quizás no fue otra cosa
que el buscar clamar juntos
olvidando así
que estamos gritando.
la tarde desamparada
¿Qué sentido tiene todo?
¿Es solamente soledad?
Esa lejana pertenencia, la patria
concepto abstracto
dolorosamente nostálgico
¿Será ella tus hijos o nietos?
darles tanto
estar como ajenos
¿era acaso posible dar?
¿qué se da
cuando somos carencia?
¿se puede acaso dar
sin irse?
el día afuera se despide
Así la vida,
esas pequeñas y cansadoras rutinas
haciendo ceniza del tiempo
soplándola hacia la nada
sintiendo en el frío
unas ganas de dormitar
y despertar al sol
Descansar
quizás morir
y frente a ese sueño obligado de la
muerte
estar a su altura
con algo más que un gesto digno
de disimulo de temores
con algo más que el ocultar
el terror abisal de la bestia
algo más que una triste rendición
acumulado el cansancio
de ilusiones y esperanzas muertas
oscurece
se acaba el día
Así también te irás
nada habrá cambiado
así hasta el final
recoger tus cosas
principalmente el ánimo
a comenzar de nuevo
caminar valientemente.
La calle gris
está para perderse
En estos trances
se piensa en la vida y en la muerte
Esa memoria dolida, cierta
y la esperanza de un encuentro
más allá de la niebla.
Afuera la llovizna
sientes frío
oscurece
seguir persiguiendo con amor
inútilmente
te irás
nada habrá cambiado
así hasta el final
la tarde desamparada
el día se despide
la calle gris
está para perderse
sólo la esperanza de ese encuentro
más allá de la niebla.
PUERTO VARAS
El tiempo agobia los techos
va a soplar el Norte
y la lluvia
no dejará ni rastros sobre esta tierra
No brilla el sol que recuerdo
no trae el Sur
el aroma de los archipiélagos
En vano espero
que desde la vuelta de la esquina
te anuncien tus pasos, abuelo.
No vienes
con tu alado sombrero
una sombra la gran
manta de Castilla
brillantes perneras de
cuero
No escucho las espuelas
marcando transparentes
el paso atravesado
de tu caballo negro
Sólo bate una rienda trenzada
blancos pellones de
sueño
¿Qué saben de ti abuela
del camino a tus misas
del alba
de tus amantes
oraciones
de las campanadas en la
torre de madera
de la escarcha en la
calle
del rocío y el musgo en
las tejuelas?
En tu delantal hay una
cosecha de arvejas
y el cielo alto de
nubes de la huerta
en tu cocina enlozada
está ya caliente la plancha
la lejía hizo relucir
la mesa
Se fue la harina entre
tus dedos
el aroma de tu pan se
desvanece
Hace frío, dormito otra
vez
escuchando suaves lluvias en el techo
mientras las maderas
quejosas
mecen la casa vacía en
el viento
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